¿Pantalla de ordenador versus papel de toda la vida?

paper vs screen

Hace unos meses hice un pequeño sondeo acerca de si los traductores imprimen en papel los textos con los que trabajan o si por el contrario lo hacen directamente en la pantalla del ordenador.

He sacado algunas conclusiones (que no tienen nada de científicas; ya quisiera yo haber tenido una muestra representativa para poder hacerlo) y aporto mi experiencia rocambolesca con la traducción de una obra teatral en soporte papel.

 

¿Pantalla de ordenador versus papel?

Uno de los grandes centros mundiales relacionados con el desarrollo de aplicaciones informáticas se encuentra en Silicon Valley (en la costa Oeste de Estados Unidos).

Muchos de las personas que trabajan en Google o Apple (por nombrar a dos grandes empresas conocidas por todos nosotros) están optando por un tipo de escuela para sus hijos que los mantiene alejados de las pantallas de los ordenadores durante bastantes años de su escolaridad.

A raíz de la lectura de esta información, me he planteado cómo trabajan los traductores del siglo XXI. ¿Siempre utilizan una pantalla de ordenador como soporte físico para traducir/revisar los textos? ¿ trabajan solo utilizando como soporte físico el papel? ¿ alternan el papel y las pantallas de los ordenadores?

Primero, analizaré algunos datos recogidos entre mis compañeros de profesión, para a continuación aportar mi propia experiencia personal que me ha hecho descubrir algunas cosas que no conocía acerca de mis métodos de trabajo.

Los traductores cuando elaboran un texto pueden hacerlo de dos maneras:

1)      Trabajar con el texto directamente en la pantalla del ordenador

2)      Imprimir el texto y trabajarlo en papel.

Estas dos opciones dependen de dos factores:

1)    El texto con el que trabajan es una traducción

2)    El texto con el que trabajan es una revisión.

Basándome en algunos de los comentarios facilitados por los colegas de profesión he establecido estas dos categorías:

1)      Cuando el texto con el que trabajan es una traducción, los traductores optan por hacerlo directamente en la pantalla del ordenador (aquí también interviene el factor ecológico de uso responsable del papel o de la falta de una impresora para poder tener el texto impreso en papel).

2)      Cuando los traductores están realizando una revisión, a muchos de ellos les gusta poder tener el texto en formato papel (a pesar del gasto/derroche de hojas) y corregirlo con un bolígrafo.

Los traductores pueden optar por imprimir en papel el texto de una traducción. ¿De qué depende?

De factores tales como:

1)      El número de páginas del texto

2)      El tipo de formato de un texto (si el documento es un PDF, entre los traductores hay una mayor tendencia a imprimirlo que si es un documento, por ejemplo, en formato Word)

Cuando lo que están haciendo es una revisión, muchos de los traductores optan por imprimir el texto y corregirlo con un bolígrafo. Uno de los motivos que alegan de por qué imprimen el texto es que en papel de dan cuenta mejor de los posibles errores que en la pantalla de ordenador.

En base a las respuestas que nos han facilitado, podemos tener la siguiente clasificación ente los traductores:

1)      Realizan la traducción utilizando como soporte físico la pantalla del ordenador y las correcciones las hacen en papel

2)      Realizan la traducción y la corrección utilizando como soporte físico la pantalla del ordenador

3)      Imprimen en papel la traducción y la revisión (estos son los menos) para llevar a cabo el trabajo.

Este artículo se me ha ocurrido  a raíz de lo siguiente:

En este momento, estoy trabajando en la traducción de una obra de teatro. La fecha de entrega no es ajustada y por un momento, me imaginé a mi misma en una situación idílica y decidí imprimir el texto que tenía que traducir en papel (son solo 9 hojas que he intentado aprovechar bien).

Esta era la primera traducción que había decidido imprimir y me veía cual traductor «antiguo» que solo contaba con sus hojas de papel y su bolígrafo (más un buen diccionario también en papel) para llevar a cabo la labor.

Pero como en toda situación idílica, se pueden empezar a encontrar dificultades a la primera de cambio.

No sé si será la falta de costumbre (ya he comentado al principio que era la primera traducción que decidía hacer en papel directamente y no utilizando como soporte físico una pantalla de ordenador como acostumbro) o era el propio tipo texto pero en seguida me di cuenta de lo incómoda que me sentía trabajando con este formato.

Un ordenador facilita mucho la labor a todos los niveles (no hay ni que decirlo) y he visto que no soy tan eficaz trabajando en papel como en la pantalla del ordenador.

He mareado dos días el texto y veo que la siguiente fase, que será pasar todo lo que escribí a mano al ordenador, me va a costar horrores.

Incluso cuando escribo artículos de cualquier tipo lo hago directamente en un ordenador después de tener las ideas bien claras en la cabeza. Esos esbozos en papel que hacía antes, ahora los hago directamente en mi cabeza y desde ahí, vierto las ideas a la pantalla pero sin necesidad alguna de pasar por el papel. Laboralmente, apenas utilizo el papel para llevar a cabo mi tarea. Todo lo hago directamente en el ordenador hasta esta pequeña prueba con la obra de teatro.

Lo que más me ha sorprendido de todo esto es que a mí me gusta mucho escribir a mano y me encantan los cuadernos y los bolígrafos. Pero me he dado cuenta de que el amor por estos soportes y útiles hace tiempo que dejé de asociarlo con las rutinas de trabajo y me cuesta mucho incorporarlos.

De hecho, todos los días escribo a mano en varios cuadernos que destino a diferentes usos. Unos los utilizo, por ejemplo, para apuntar ideas o frases que me llaman la atención para futuros artículos, otros son para apuntar cafeterías, tiendas, bares, librerías «monas» tanto en mi ciudad como en otras por si tengo ocasión de ir a visitarlas.

Me encanta mandar postales cuando estoy de viaje, escribir tarjetas de felicitación, recetas de cocina, etc pero todo esto no tiene  un vínculo estricto relacionado con mi trabajo de traductora porque he comprobado que entonces no funciona.

Conclusión:

En este momento tengo dos compartimentos bien separados. Por un lado, está el compartimento de mi labor como traductora unido de forma inevitable e inseparable a una pantalla de ordenador y por otro lado, el compartimento del que forma parte mi vida privada que sigue apegado al mundo del papel y a los cuadernos lisos (nunca me gustaron ni los de cuadros ni los de rayas y mucho menos esa clasificación de cuaderno de cuadrados para las mates y de rayas para lengua). Mientras no me interfieran creo que podré seguir funcionando sin mucho problema. O eso espero.

Elena Rodríguez Calatrava

2 Respuestas a “¿Pantalla de ordenador versus papel de toda la vida?

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